El funcionamiento de un enfriador de aire se basa en un principio sencillo y natural: la evaporación, tal como ocurre en la naturaleza. Cuanto más seco y caliente esté el aire, más eficaz será el aparato. Este fenómeno de entalpía constante, también conocido como adiabático, ayuda a ahorrar energía y, por tanto, es una inversión que merece la pena a largo plazo.